Por: Ernesto Marrero
¿Qué si bebo? –Me preguntan.
Y respondo que no.
Aunque a veces me provoca degustar
el vino de mi existencia.
El vino amargo que muchas veces
se convierte en vinagre,
el vino que se hace sangre
y que nos muestra la luz en la oscuridad
¿Cómo no probarlo si yo soy vida?
o como diría Schopenhauer: Voluntad,
agria Voluntad atada al querer…
Ese maldito deseo que atormenta
mi sed y la hace insaciable
Cómo quisiera beber del néctar de los dioses
después de haberme sumergido
en las aguas de Caronte
y visitar al más allá.
Brindar con Dionisio hasta la última copa
Y recitarle mis poemas más oscuros
para que emerjan las sombras de mi inconsciente.
Y luego tocar la lira de Orfeo
y rescatar a mi amada del Hades
¿Quién no quisiera beber
de la fuente de Afrodita,
arroparse con su piel
y embriagarse con sus besos?
Lo acepto…
No puedo apartarme del licor de las pasiones
ni del vicio del amor,
en verdad no puedo.
También me considero catador,
un catador de desventuras
que observa y cavila bajo la luna
buscando un Sentido para su vida
¡Qué si bebo? –¡Claro que sí!...
Esa será mi respuesta ahora
Autor: Ernesto Marrero
Del libro: El Tiempo y su Legado
Del libro: El Tiempo y su Legado
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