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lunes, 12 de septiembre de 2016

La muerte como ideal moral en Arthur Schopenhauer



La muerte como ideal moral en la filosofía de

Arthur Schopenhauer



Por: N.N. Sotnikova
Traducción del ruso: José francisco Ostos

  

Las reflexiones acerca de la vida y de la muerte han venido persiguiendo a la humanidad en el transcurso de la historia. En lo que respecta a la historia de la cultura, esas reflexiones han poseído diferentes matices, en donde las más claras posiciones polares, al abordar dicha problemática, están representadas por los puntos de vista optimista y pesimista.
          En el planteamiento y solución de la problemática de la vida y de la muerte, uno de los más notables pensadores pesimistas fue Arthur Schopenhauer, quien enfoca y analiza estas cuestiones de forma no tradicional: se lleva a cabo el traslado del énfasis en dirección del significado o valor, no de la vida, sino de la muerte.
Schopenhauer ubica al ser social y a la propia existencia humana en el mundo del “falso ser” de las representaciones, el cual es definido por el mundo de la Voluntad que es el verdaderamente esencial e idéntico a sí mismo. La vida en el flujo temporal se representa como una cadena de sufrimientos desoladores, una sucesión ininterrumpida de grandes y pequeños infortunios, es decir, la vida es apenas un episodio que destruye la tranquilidad del ser absoluto. La vida puede y deberá llegar a su fin con la aspiración de aniquilar la “voluntad de vivir”, lograr la transformación en la “nada”. Únicamente en la conjunción con la muerte, la vida puede realizarse como un  todo. La nada es el fundamento de la existencia posterior[1].
          La muerte es capaz de liberar al hombre de los sufrimientos de la vida cotidiana, “la muerte, sin discusión, es el propósito genuino de la vida y es imposible señalar otro móvil de nuestro ser que no sea la comprensión de que no hay nada mejor para nosotros. Esta es la más importante de las verdades”[2]. La muerte no destruye al ser genuino (el mundo de la Voluntad), ella sólo significa el fin temporal de un fenómeno transitorio (el mundo de las representaciones). Es suficiente con negar el tiempo y no habrá ningún final. El ser intemporal del mundo de la Voluntad no conoce ni de adquisiciones ni de pérdidas, siempre es uno, eterno y verdadero. Por esta razón, el estado al que nos conduce la muerte es el “estado innato de la Voluntad”. La muerte sólo destruye al organismo biológico y a la conciencia. El conocimiento, como afirma Schopenhauer, nos permite entender la insignificancia o nimiedad de la vida y así vencer el temor a la muerte del  individuo en particular. La muerte en el mundo de las representaciones viene a ser la muerte de la forma individual (fenómeno), más no la muerte de la esencia de la especie.
           La muerte no es un mal, sino por el contrario, con frecuencia es un bien, el más profundo principio de la vida en el que la Voluntad no está sujeta a la destrucción, ya que le son indiferentes tanto la vida como la muerte. Sin embargo, la muerte facilita la liberación de la Voluntad de la cadena de motivos que la limitaban en la vida.
El propósito final de la existencia humana, según Schopenhauer, deberá ser el nirvana, entendiéndolo no solamente como beatitud impersonal u estado espiritual, sino como la muerte, la nada. En definitiva, no se trata únicamente de suprimir la “voluntad de vivir”, esa fuerza motriz de la esencia humana despojada de propósito y sentido, sino de la supresión de todo el universo de la Voluntad, la muerte universal. Por eso mismo, Schopenhauer lleva a cabo el salto desde la “voluntad de vivir” hacia la “voluntad de morir” como ideal moral hacia el cual todo debe tender a fin de acabar con el sufrimiento.          
          De esta manera, A. Schopenhauer formuló el problema de la verosimilitud de la nada, entendida ésta como la nada de la Voluntad eternamente impetuosa. Este problema transformó el enfoque tradicional en la cultura occidental acerca de la autenticidad de la vida, el cual fue desacreditado en el sentido de que la misma vida fue anunciada como la encarnación de toda falsedad. Con el planteamiento del significado y de la autenticidad de la muerte, Schopenhauer abrió de nuevo, para la conciencia filosófica de Occidente, el debate en torno a la problemática de la muerte, lo cual produjo una influencia significativa en la cultura de los siglos diecinueve y veinte.         

Sotnikova, N.N. (1995). La Muerte como Ideal Moral en la Filosofía de Arthur
Schopenhauer. Figuras de Tánatos. Almanaque Filosófico. [Revista en  línea]. Disponible: http://anthropology.ru [Consulta: 2016, Julio 31]

Traducción del ruso: José Francisco Ostos Villamizar. Profesor universitario
e-mail: jostos2008@hotmail.com



[1] Schaefer A. Die Schopenhauer Welt. Berlin, 1982, S. 141.
 
[2] Шопенгауэр А. Собр. соч. М., 1900-1910, Т.2. С.663. 
(Schopenhauer A. Obra Completa. M., 1990-1910, T.2. p.663)