¿Cómo llamarte?
Por: Ernesto Marrero
Apareciste lejana, sedienta y sin nombre
con tu vestimenta raída por los años y el desdén.
Apareciste lejana, sedienta y sin nombre
con tu vestimenta raída por los años y el desdén.
Te vi revestida de humildad como la noche estrellada
–que ofrenda su belleza sin esperar nada a cambio–.
Te vi cargando un equipaje de sabiduría y experiencias
mientras una sinfonía de eternidad acompasaba tu andar.
¿Cómo llamarte?, no lo sabía.
Pero tu sonrisa de arcoíris llamaba mi atención
y tus ojos de centellas traspasaban mi espíritu.
Sentí que te conocía de un paraíso lejano,
de un bosque de hadas y recuerdos,
donde los sueños correteaban a las realidades
y juntos podíamos construir momentos de trascendencia.
¿Cómo llamarte?, no recordaba tu nombre.
La guillotina del olvido te había cercenado de mi mente.
Eran tiempos milenarios de dioses y mitos
en los que una vez nos cruzamos en una polvorienta
encrucijada.
Eran los días de Perseo, de Medusa y de Pegaso,
cuando las Musas bajaban del Olimpo para inspirar
las letras
y las Moiras tejían el futuro de la humanidad.
Eran momentos en que las prosas y las poesías
fluían como ríos que estallaban en cascadas de ideas
y salpicaban a un mundo confundido.
Nuestro grito de conciencia ensordecía a las multitudes
que buscaban con desespero un candelabro de consejos
para iluminar sus veredas nubladas por la ignorancia.
¿Cómo te llamas? ¡Ah!, ya lo recuerdo: Inspiración.
Y volviste fortalecida por el Tiempo:
sencilla, gloriosa y entonando tu melodía.
Fuente: Libro El jardín de la existencia
Autor: Ernesto Marrero Ramírez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario