Sobre
el pensar y el no pensar
Cogito ergo sum.
René Descartes
Pensar, analizar lo que
cruza por nuestra mente, revisar la historia, contemplar el presente y examinar los
matices de nuestra conciencia, son actos reflexivos que se hacen indispensables
para formar hombres libres y sensatos, individuos responsables y colaboradores
en la edificación de su entorno social, así como de su momento histórico.
No pensar resulta
grave, es actuar como una puerta abierta que acepta las ideas nefastas de otras
personas o de una ideología errada. El ser que no razona se dedica a copiar y a
repetir lo que dicen los demás y muchas veces se impregna de argumentos falaces,
huecos, perversos o inmorales que dejan mucho que decir y que suelen conducirlo
al Tártaro de la necedad o del mal vivir. Otras veces calla ante las
injusticias, cegado por su ignorancia, y así termina por convertirse en
cómplice de muchas de las atrocidades que fustigan a la humanidad.
Por Ernesto Marrero.
Estamos en la era de la no existencia...
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