Frases del escritor

Filosofía clásica y existencial en torno a la Literatura... Un camino de reflexiones y letras para encontrarnos.
Instagram:@ernestomarrero / Facebook: Ernesto Marrero Ramírez

martes, 1 de diciembre de 2015

Entrevista publicada en la revista Encartas




Revista Encartas


Por Crizeyda Silva / Foto: Jesús Salazar

  El pensamiento reflexivo, la observación del ser humano y las palabras profundas han estado siempre presentes en la vida de Ernesto Marrero Ramírez, un joven filósofo y escritor que comenzó su camino académico en la administración, sin embargo la psicología y la filosofía le llamaban la atención desde muy joven ya, pues le causaban gran interés los temas relacionados con la conducta del hombre y el por qué de las cosas.

Como él mismo lo dice se vio inmerso en un trabajo de autoconocimiento: “estando en la universidad los compañeros acudían a mí para contarme sus problemas y solicitarme algún consejo, por lo que muchos me decían que yo debía ser psicólogo, fui percatándome entonces cada vez más de esta inclinación”.

Este caraqueño cuenta que a los 17 años pasó por una crisis existencial que más tarde, cuando estudió psicología existencial (logoterapia) en la universidad de Wiener en Lima, pudo comprender algunas de las razones: “es una especie de vacío que se siente cuando estás haciendo algo que no te gusta realmente, algo me decía que debía dedicarme a algo más que el área administrativa”. Comprendí entonces que se trataba de un vacío existencial.

Como resultado de esa búsqueda estudió filosofía práctica, psicología analítica y existencial, actualmente es miembro de la Sociedad Venezolana de Filosofía y del Círculo de Escritores de Venezuela. Es investigador, escritor y articulista sobre temas filosóficos, orientales y de crecimiento personal.

Paralelamente, fue desarrollando una labor como escritor con un estilo sutil donde abundan las ideas de los niveles de conciencia, la búsqueda interior como una forma de rescatar los valores, y los más grandes ideales humanos: “escribir con mensajes profundos, que dejen algo realmente valioso, se trata de crear un trasfondo para comprender mejor la vida, nuestro paso por el mundo…” dice.

Rodeado de libros desde niño su mente estuvo estimulada por diferentes corrientes de pensamiento, ya en la universidad estudia a los clásicos como Sócrates, quien invitaba a sus escuchas a encontrar las respuestas dentro de sí mismos, y a contemporáneos  como Sartre, quien decía que el hombre estaba condenado a ser libre ya que continuamente tenemos que decidir entre alguna cosa u otra.

Comienza a escribir algunas cosas y una vez graduado ganó un concurso de poesías. Allí surge su primera obra “Cantos de amor y reflexión”, luego vendría “Una luz en el camino” un libro de frases cortas.

“El pececito que quería ser humano” fue la obra que marcó su lanzamiento formal como escritor, luego de mucho trabajo y perseverancia, del que editó una segunda parte. Comenta: “la historia cuenta sobre un pececito que se siente frustrado por su tamaño y condición, veía a los humanos superiores porque podían estar dentro y fuera del agua. Un pelícano lo rescata de la peor decisión que pudo tomar y, de alguna forma, termina aventurándose en el mundo de los hombres. Allí se da cuenta de que siendo tal cual es su valor es muy grande y que puede aportar mucho siendo simplemente él mismo”.

Más tarde llega “La leyenda del sabio de la montaña”, ubicándose en los más vendidos en Venezuela. La poesía, novela, fábula y cuento son los géneros por lo que Marrero se ha paseado plasmando pensamientos filosóficos uniéndolos con los recursos de la ficción para lograr obras frescas, dirigidas a todas las edades y que además dejan una enseñanza a quienes se andan por sus páginas. “Quisiera contarte algo” y “El jardín de la existencia” son sus obras más recientes, de relatos y poesías, respectivamente, que llevan al lector por la maravillosa aventura del autoconocimiento.

“Lo que busco es que la gente despierte mediante una "literatura reflexiva", que concienticen que un cambio honesto se logra primero dentro de sí y luego se hace palpable afuera para accionar de acuerdo al mismo. Ningún libro por sí solo obrará milagros”.

En un sentido más personal Ernesto siente gran satisfacción al poder desarrollar una labor que contribuya con el bienestar del prójimo: “cuando nos marchamos de este plano nos llevamos lo que dimos no lo que recibimos, es importante reconocer que somos seres temporales –al menos aquí- entonces hay que plantearse qué huellas podemos dejar… algo que aportar a los demás…”








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