A veces veo el
vacío en la gente.
Esperar por un salario o un ingreso
y dejar del espíritu el progreso
por hundirse en rutinas pestilentes.
Loca rutina que
envejece y mata:
Envejece la carne que fallece
y mata al espíritu que enaltece
la moral y el amor que no se captan.
Loco, como un
tornado que perece
y hueco como árbol que no florece
corretea el hombre de nuestros días.
Cegado por el
polvo del metal
que carcome a la esencia inmaterial
olvida sus sueños y fantasías.
Autor: Ernesto Marrero
Del libro: El Jardín de la existencia
Soneto