En agosto de 2021 el escritor Ernesto Marrero recibe un Diploma de Honor en el "XI Concurso Poético Musical Internacional del Natalicio de la Poetisa Chilena Ermelinda Díaz", realizado por la Municipalidad de Quilpué, región de Valparaíso, Chile, con los poemas Aflicción y Sonambulismo. Luego, el siguiente año, octubre 2022, es invitado a concursar nuevamente en el "XII Concurso Poético Musical Internacional del Natalicio de la Poetisa Chilena Ermelinda Díaz", y se le confiere un Diploma por su Destacada Participación, con el poema Bruma.
Hay tintas que oscurecen los amaneceres,
martillos siniestros que golpean las certezas
son olas de barro que cubren los faros
y hacen las noches interminables,
arenas movedizas que atrapan por horas, días o centurias
¿Serán mensajeros del Tártaro?
O tal vez muros de lajas que debemos escalar
para volver a distinguir el sol,
ese sol que a veces sonríe en los universos
y otra veces llora de desesperación
Sonambulismo
¡Cuánto agobia la estridente voz
del ojo miope que simula
sapiencia!
De aquel que moldeado por la
arcilla
repite los sinsentidos que el
sistema
inculcó en su cavernario
cerebro.
De aquel que asesinó
a la creatividad y a la cultura
con la daga de la indiferencia
Sus verbos son gemidos,
estruendosas lenguas
que carcomen mis tímpanos
y exacerban mi hastiado corazón
que anhela una expresión
consciente.
Ellos son los sonámbulos del
sendero,
aquellos caminantes errabundos
que bailan al ritmo de la danza
cotidiana.
Sus palabras son vacías,
pueriles,
mercantilistas o resentidas,
tan inestables como ruinas
que se desmoronan con el viento
Y como borrachos delirantes
se tambalean por las calles de
la vida
hasta caer en la fosa sin retorno,
a la que llegarán sin haber
contemplado
el horizonte existencial…
Donde emerge y muere el sol.
…donde late la conciencia
¡Qué iluso fui! ¡Qué iluso!
Una vez pensé poseer
la llama prometeica de la verdad
la llama que nadie posee.
Porque la verdad es ignota,
intangible, es un en sí inescrutable.
Es un fantasma que a veces
se deja entrever
…luego se desvanece en lo
etéreo
¡Cuánta bruma hay en mis ojos!
… ¡Cuánta bruma!
No alcanzo a ver un claro
que me guíe fuera de esta
maleza
ni un fuego certero que
ilumine
la penumbra de mi frente
No entiendo por qué
los vientos se comen entre sí
y las voces de acero se
derriten
en el horno de la necedad
Bruma de finos cristales
que traspasas mi piel con
sutileza,
déjate llevar por la brisa de
estas letras
y escóndete lejos de mis
versos,
donde mi poesía no pueda
encontrarte
Bruma pesada, viscosa bruma,
permíteme rasgar tus
vestimentas
y ver más allá de la
ignorancia
donde solo pueden llegar los
sabios
… Donde comienza la libertad