En
la historia siempre encontraremos un Judas que vende su dignidad,
un Pilatos que alardea del poder y un Jesús
crucificado injustamente.
EMR
I
Cuánto
me cuesta entender
las
locuras de este mundo,
se
encumbra la viva moda
y
el sabio está moribundo.
Veo
al hombre adormecido
en
una loca rutina,
viven
sin ningún Sentido,
edificando
sus ruinas.
Atados
a la permanencia
olvidan
su temporalidad
nunca
piensan en la muerte
—sinónimo
de oscuridad—.
Ni
las grietas de los años
ni
la nieve de las canas,
despiertan
al hombre dormido
de
esta ilusión tan mundana.
Muere
el niño prematuro.
Muere
el joven que adolece.
Muere
el anciano cansado.
Muere
la flor que florece.
Y
aunque el espejo bruñido
refleje
esta realidad,
la
nube de la ignorancia
oscurece
la verdad.
II
Oigo a Sócrates decir:
—Sólo sé que no sé nada—,
y al ignorante expresarse
con sapiencia en la manada.
El oro es el regocijo
aunque venga mal habido,
es la viga que soporta
esta vida sin sentido.
El hoyo se hace más hondo
en el pensar de la gente
se cambian honores por plata,
y siliconas por mente.
Al anárquico lo aplauden
y al delincuente lo abrazan,
al correcto lo intimidan
y al pensador lo desplazan.
La sierra de la inconsciencia
y el hacha del egoísmo,
han talado sin cesar
hasta formar un abismo.
Cómo han destruido el bosque
y han secado la quebrada,
raíz del árbol que busca
el agua desesperada.
III
¡Cuánta hambre en este orbe!
Pobreza y desolación.
Barro y ceniza en los ojos
han cegado la razón.
Cuántas vidas inocentes
son segadas por el hampa
y otras desviadas de rumbo
por el vicio y por la trampa.
Cajón de resentimientos,
morral de lamentaciones,
van cargando las familias
que tienen limitaciones.
Ahogadas en la desidia
y en desvirtuados patrones,
van construyendo sus vidas
entre llantos y pasiones.
Ansiosas de un faro cierto
que ilumine sus caminos,
se confían del verdugo
que oscurece su destino.
Una
máscara de noble
se
coloca el prepotente.
Capa
de caperucita
y
un antifaz de valiente.
Demagogia
y populismo
hoy
carcomen mis oídos
son
la esperanza perdida
de
un sistema corrompido.
IV
Emperadores
y caudillos
nos
hablan de libertad,
con
la soga del poder
y
un prontuario de maldad.
Como
el alcohólico empedernido
que
no cesa de beber
ansían
los ciegos el trono
embebidos
de poder.
Se
creen omnipotentes
los
tramposos que han robado,
las
gotas de sudor y el hambre
del
trabajador honrado.
Por
la anhelada opulencia
ellos
viven como lobos,
aunque
el libro de la historia
los
recuerde como bobos.
Una
lucha de Titanes
entre
malos y malvados,
Sodoma
contra Gomorra
…son
tiempos desesperados.
Manda
el Judas que dirige
y
el Barrabás elegido,
clavan
al Cristo en la cruz
en
este mundo perdido.
V
Que mi tinta y mi grafito
levanten su voz imponente,
y romper el duro silencio
y denunciar al demente.
Hoy la moda es el vacío
de esta posmodernidad,
hay que encontrar un sentido
que nos brinde claridad.
En el éter de lo abstracto
ideas flotan airosas,
es deber del escritor
traducirlas con sus prosas.
Hay que mirar hacia adentro
y rescatar los valores,
de una esencia desvirtuada
por el odio y los rencores.
Recordar que la ignorancia
y el átomo de la sapiencia
provienen de un mismo núcleo
que dirige la conciencia.
Andar el camino justo
de esta vida temporal,
y abrir el portón certero:
“El que indica la moral”.
Valores y conciencia,
educación y más educación,
son herramientas vitales
para salvar la población…
Una noche que oscurece
y un amanecer en vía,
son los ciclos de este mundo:
el Dolor y la Alegría.
Por Ernesto Marrero R.
De mi libro: El Jardín de la existencia