A veces nos aferramos a alguien buscando algo.
Cosas en común que nos pueden
unir en este mundo.
Cosas que naciendo de muy
adentro,
no les encontramos
explicación, ¡pero nos satisface tanto!
Cosas que pensamos que nunca
van a terminar,
pero cuando suceden, ¡qué mal
nos sentimos!
Qué bueno sería que las cosas bonitas
y bellas de esta vida
nunca acabaran, que perduraran
por siempre
para que nuestra felicidad
fuera eterna.
Pero como el árbol de los
frutos más grandes y bellos
del jardín del Edén, termina
por secarse,
así nos pasa a nosotros,
siempre ilusionados por cosas
que al final terminan
apartándose de nuestro lado,
y cuando esto sucede ¡decimos
adiós!
Adiós, a las flores tan encantadoras
de esta bella pradera.
Adiós a las personas que tanto
quisimos y se apartaron de nosotros.
Adiós a lo bonito y a lo bello
de esta vida.
Adiós a todos…
De mi poemario: Cantos de amor y reflexión
Año: 1996
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