Ave de extensas alas que el tiempo fortalece
y cruza el valle de la desesperanza.
Barrera que protege del azote ciego de la ignorancia
…bálsamo ante las máscaras que ocultan la verdad
No es un sprint, sino maratón silente
donde los segundos se vuelven suspiros.
Ella es la quietud en el ojo de la tormenta
la calma que soporta las viejas cicatrices
La paciencia no es pasividad, sino sabiduría,
es cincel que talla nuestra piedra
es el murmullo de los siglos, la voz de los sabios
que susurra: “Todo llegará a su tiempo”
Su naturaleza es como la del río que fluye:
incesante y sin prisa,
mientras erosiona la roca más dura
hasta convertirla en suave arena
Es la melodía que se compone
nota a nota… sin apuros.
Cada pausa y silencio es crucial
para que la armonía se despliegue con gracia
En la paciencia hallamos eternidad,
un refugio donde los relojes se detienen
un lienzo en blanco donde el destino esboza
con trazos lentos, su obra maestra.
En la quietud descubrimos que la vida es un poema,
cada verso se manifiesta con sosiego
y el poeta aprende a esperar su momento
Excelsa virtud, habitas el Olimpo,
te celebro con estas letras sin rima
porque a tu lado hayamos una verdad:
“Que la paciencia es Paz y Ciencia…
Es la Ciencia de la Paz que serena nuestra alma”
Por: Ernesto Marrero R.